¿Qué papel pueden tener el resto de los tenistas españoles?

Con la baja de Alcaraz y las dudas de Nadal, Carreño, Bautista o Davidovich apuntan a ser puede que los mejores de los nuestros en tierras australianas en el próximo Grand Slam.

España sabe que en el próximo Open de Australia 2023 tiene una baja importante, la del número uno del mundo Carlos Alcaraz. Además, aunque Rafael Nadal defenderá su título conquistado en el 2022, lleva tiempo alejado de las grandes gestas, no gana un título desde el Open de Francia 2022 y parece que incluso podría caer eliminado en las primeras rondas.

Eso hace que en el cuadro masculino del torneo, Pablo Carreño, Roberto Bautista o Alejandro Davidovich puedan ser los mejores españoles del primer Grand Slam del año.

Carreño, el siguiente en la lista

Pablo Carreño está jugando últimamente a un gran nivel y eso podría convertirle en el mejor español del Open de Australia.

Allí gozará de su décima participación en un torneo en el que no ha pasado de la cuarta ronda en las nueve anteriores, eliminatoria que alcanzó en el 2018, 2019 y 2022.

Pero el asturiano, que tiene un bagaje positivo en este Grand Slam, de 15 victorias y nueve derrotas, lo cierto es que es uno de los jugadores más sólidos del circuito fuera del Top 10. En su carrera encontramos dos cuartos de final y dos semifinales entre los cuatro majors del tenis. Además, llegó a cuarta ronda en cinco ocasiones, dos de ellas en el 2022.

Por otro lado, Carreño el curso pasado logró imponerse en su primer Masters 1000, concretamente en Canadá, donde también se juega sobre pista rápida descubierta, como en Australia.

Todo ello le llevó a cerrar el curso como el decimotercero clasificado de un Ranking ATP en el que ahora es el decimoquinto, siendo la marca del 2022 la segunda mejor de su carrera tras el décimo puesto del 2017.

Así, esperamos que pueda pelear por pasar esa cuarta ronda y meterse por primera vez entre los ocho mejores del Grand Slam oceánico.

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Un Bautista venido a menos

El siguiente español en el Ranking ATP es un Roberto Bautista que poco a poco ha ido bajando su rendimiento en los últimos años, a pesar de que sigue metido entre los 30 mejores del mundo.

Ahora mismo el castellonense ocupa la vigesimosexta posición, lo que le augura un cuadro complejo de superar en un torneo en el que disputará su decimosegunda edición, todas de manera continuada desde el 2012.

En su caso, su techo aparece en los cuartos de final que alcanzó en el año 2019. Además, en 2014, 2016 y 2017 llegó hasta la cuarta ronda, y entre los cuatro grandes hay que sumarle una semifinal en Wimbledon y otras siete cuartas rondas.

Su problema es que entre el bajo ranking y el hecho de que el curso pasado solo ganara tres partidos en sus tres participaciones en los Grand Slam, demuestran que quizás esté algo lejos de su mejor nivel y sea complicado aspirar a ser el español más destacado.

Aun así, vemos en Bautista un posible tenista a jugar la cuarta ronda del torneo si consigue tener un ritmo competitivo en su media y no le sale un gran rival antes.

Davidovich, ¿la sorpresa?

Por último, aparece un Alejandro Davidovich que ahora mismo es el número 32 del mundo. Esto indica que todavía no es un tenista muy solvente, a pesar de que juega a fogonazos y cuando tiene un gran partido, puede eliminar a cualquiera.

Gracias a esos días inspirados, el malagueño hizo un 2022 destacable en el que su mayor logro fue alcanzar nada menos que la final del Masters de Montecarlo, de la categoría Masters 1000. Eso demuestra que cuando tiene el torneo, puede llegar lejos y competir con los mejores.

A sus 23 años, Davidovich ha jugado en el Melbourne Park en el 2020 y 2022, cayendo en ambas ocasiones en la segunda ronda. Es decir, tiene una marca de 2-2 en el torneo. Pero, por primera vez en su carrera disputará el segundo Open de Australia consecutivo, lo que le debería de dar cierta entereza y saber estar en esos primeros partidos.

Lógicamente, para él llegar a tercera ronda ya sería un éxito, pero no tenemos dudas de que, si está entonado, puede alcanzar la cuarta ronda o incluso los cuartos de final. Cotas mayores todavía parecen inalcanzables para un tenista de su nivel.