El boxeador británico, que se mantiene invicto tras 34 combates como profesional, afronta un nuevo reto contra Francis Ngannou que se celebrará en Arabia Saudí el próximo 28 de octubre de 2023.
La influencia de Tyson Fury en el boxeo moderno es inigualable, sobre todo después de que el púgil británico encadene 34 combates consecutivos sin conocer la derrota con un balance de 33 victorias y un empate. Estos números le convierten en una de las grandes estrellas en la historia de este deporte, pero también le empujan a buscar nuevos alicientes competitivos.
Fury ha ganado 14 títulos diferentes a nivel mundial e internacional, al mismo tiempo que ha derrotado a rivales icónicos como Derek Chisora, Steve Cunningham, Wladimir Klitschko, Tom Schwartz, Deontay Wilder o Dillian Whyte. Su poderío en la categoría de peso pesado es indicutible, aunque esto se traduce en una falta clara de rivalidades importantes con el paso de los años.
Esto ha empujado al británico hacia otras modalidades de lucha y es donde surge con fuerza la figura de Francis Ngannou como una leyenda de la UFC. El camerunés ha ganado 17 de sus 20 combates profesionales en la misma categoría que Fury, así que se atreve a pasar del octógono al cuadrilátero para poner en duda una de las rachas más exitosas del mundo del deporte.
La cita de boxeo entre ambos contendientes se celebrará el próximo 28 de octubre de 2023 en Arabia Saudí y será uno de los eventos más importantes del año. Las audiencias que se esperan son millonarias y la bolsa de premios podría alcanzar una cifra histórica ante las expectativas que se han generado en unos pocos días.
El combate no pondrá en juego ningún título, debido a la procedencia dispar de ambos luchadores en sus respectivas disciplinas. Aun así, se regirá bajo las normas del boxeo a falta de que se pacten aspectos imprescindibles como el peso o las onzas de los guantes.
Eso sí, todo apunta a un combate de 10 asaltos de tres minutos cada uno, donde la posibilidad de KO es muy elevada ante el historial de ambos luchadores. El británico ha firmado 21 en sus 34 peleas, mientras que el camerunés ha ganado de esta forma en 12 de sus 20 citas.
Por supuesto, Fury es favorito para hacerse con el triunfo, sobre todo por la experiencia como boxeador. La MMA permite otras técnicas de lucha y Ngannou se desenvuelve bien sobre la lona, pero no podrá usar estas estrategias para derrotar a su oponente.
Los dos luchadores llevan prácticamente el mismo tiempo sin pelear y cuentan con una envergadura bastante similar, aunque en esta ocasión la balanza también se decanta a favor de Fury. El británico supera los dos metros de altura (2,01), así que tendrá más alcance que su rival (1,93) y podría llegar con la ventaja de recuperar masa con mayor rapidez tras el pesaje.
La importancia de la MMA no deja de subir como la espuma en los medios de comunicación, pero todavía está muy lejos de generar los mismos ingresos que las grandes citas de boxeo. De hecho, se estima que con esta pelea Ngannou podría recibir más dinero que en toda su carrera en las artes marciales mixtas, ya que se estiman unos 8 millones de dólares como compensación por ceder ante unas reglas desconocidas para el camerunés a nivel profesional.
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