El boxeador ucraniano aspira a ganar al de Mánchester para convertirse en el primer campeón unificado del peso pesado en lo que va de siglo.
Si hay un combate soñado actualmente en el mundo del boxeo es el que enfrentaría a Oleksandr Usyk con Tyson Fury, ya que reuniría en el cuadrilátero al vigente campeón de la AMB, la FIB y la OMB con el campeón del CMB, dos boxeadores que a lo largo de su dilatada carrera nunca han conocido la derrota.
A tenor de la entrevista que Usyk ha concedido a The Overlap, el espacio que presenta Gary Neville para Sky Sports, todo indica que la preparación del gran combate está en marcha y que tan solo es cuestión de tiempo conocer la fecha del que será uno de los grandes eventos deportivos del año… y del siglo.
Al ser preguntado por los motivos para afrontar un combate de ese calibre y que podría acabar con su imbatibilidad, cuatro años después de haber debutado en una categoría de peso pesado en la que Fury ha permanecido durante toda su trayectoria profesional, Usyk lo tiene claro: “Simplemente necesito esa pelea y creo que él también la necesita”, apunta el ucraniano de 36 años.
“Es un combate muy importante para ambos porque nadie en los últimos 30 años ha aglutinado los cuatro cinturones de campeón de los pesos pesados, así que ambos necesitamos esta pelea”. Aunque las cifras que maneja Usyk no son del todo exactas, porque el último que aglutinó los cuatro cinturones fue el canadiense Lennox Lewis con su victoria ante Evander Holyfield en noviembre de 1999, lo cierto es que han pasado más de dos décadas sin que haya un campeón indiscutido de la categoría reina del boxeo.
En cualquier caso, Usyk mantiene los pies en la tierra: “Será como cualquier otra pelea, tan solo es un hombretón que nunca ha perdido contra un hombre que tiene el cinturón de la WBC. Es lógico dejarse llevar, pero en el fondo se trata de un combate normal por el derecho a ganar todos los cinturones”.
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Aunque Usyk mide 1,91 metros de altura, tendrá que mirar hacia arriba para ver la cara de Fury, un gitate de 2.06 metros, pero eso no parece suponerle un problema al ucraniano. “Que una persona sea más grande que yo, no quiere decir que sea más fuerte. Si tiene los brazos más largos, no significa que tenga ventaja”, apunta Usyk, quien asegura estar acostumbrado a que le digan que no va a lograr lo que se propone y, sin embargo, ha alcanzado todas las metas que se ha ido poniendo. “Soy como un samurái, no tengo un objetivo, sino un camino”.
No obstante, admite que las características de Fury le obligan a adaptar su preparación para el combate. “Habrá cambios en la estrategia para esta pelea, pero me seguiré preparando de la misma manera”, señala. “Introduciré algunos ejercicios nuevos porque es un tipo un poco diferente, es grande y alto, por lo que sus combinaciones y su estilo de boxeo serán diferentes. No tengo menos tarea por delante, si acaso tengo más”.
Otra de las confesiones que ha realizado Usyk en su entrevista con Neville es que considera que enfrentarse a Fury supondrá un mayor desafío del que supuso enfrentarse a Anthony Joshua, a quien en 2021 le arrebató los títulos de la AMB, la FIB y la OMB con una victoria por decisión unánime para un año después volver a ganarlo y retener sus tres cinturones con un triunfo por decisión dividida.
“Sí [será más difícil que Joshua]. Fury tiene un estilo diferente, es más audaz, pero no me preocupa”, apunta Usyk, quien se prepara físicamente de lunes a sábado alternando tres sesiones de entrenamientos al día. Una preparación que a sus 36 años le permite concluir la entrevista con un rotundo “no temo a Tyson Fury”.
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