El actual campeón de la Serie A recibe al FC Barcelona en los octavos de UEFA Champions League en el peor momento de una temporada desastrosa y con un nuevo entrenador, Francesco Calzona, nombrado 48 horas antes del partido.
El fútbol es un deporte tan impredecible como apasionante. En poco tiempo, un equipo puede pasar de ser disfrutar la gloria de ser campeón indiscutible a luchar por apenas mantenerse en los puestos nobles de clasificación.
Precisamente este es el caso del Nápoles, que tras la gloria del título de la Seria A, ha alcanzado el poco deseable título de peor campeón de la historia la temporada posterior al scudetto.
Futbolística e institucionalmente, el club partenopeo ha experimentado una montaña rusa de emociones en apenas un año. Envuelto en una difícil temporada de la Serie A, eliminados de copa con una humillación por 4-0 contra el Frosinone y que ahora se enfrenta a un desafío aún mayor: medirse al FC Barcelona en los octavos de la UEFA Champions League.
Hace apenas una temporada, el Nápoles sorprendía a todos al alzarse con el título de la Serie A, dejando atrás a gigantes del fútbol italiano como Inter de Milán, AC Milan o Juventus, con una solvencia indiscutible alcanzando los 90 puntos.
Sin embargo, el presente curso ha sido completamente diferente para el equipo partenopeo. Actualmente, se encuentra en el noveno puesto de la tabla de clasificación, lejos del liderazgo que ostentó el curso pasado.
Este abrupto descenso en el rendimiento del Nápoles ha desconcertado a propios y extraños. La irregularidad ha sido la tónica dominante, con resultados decepcionantes y un juego que dista mucho del dominio exhibido en la temporada anterior. Además, la falta de consistencia en defensa y la incapacidad para generar oportunidades de gol han sido problemas recurrentes que han lastrado al equipo a lo largo de la campaña.
Una de las consecuencias más evidentes de la crisis del Nápoles ha sido el constante cambio de entrenadores, siendo el primer vigente campeón en la historia que cambia de entrenador 3 veces.
Tras la renuncia de Luciano Spalletti al final de la temporada pasada, el banquillo del club ha sido ocupado sucesivamente por Rudi García, Walter Mazzarri y, más recientemente, Francesco Calzona.
El último nombramiento, el de Calzona, se produjo sorprendentemente solo 48 horas antes del crucial enfrentamiento contra el FC Barcelona en la Champions League. Este cambio de timón tan repentino refleja la urgencia del Nápoles por encontrar soluciones a sus problemas deportivos.
Calzona, un viejo conocido del club que ha ejercido como técnico asistente en dos etapas anteriores, deberá adaptarse rápidamente y transmitir confianza a sus jugadores si quiere tener éxito en esta etapa tan exigente de la temporada.
A pesar de los obstáculos y las adversidades, el Nápoles cuenta con jugadores de calidad que podrían marcar la diferencia en el partido contra el FC Barcelona. Uno de los principales protagonistas es Victor Osimhen, capocannonieri en el título napolitano con 26 goles, quien llega justo a tiempo para jugar el partido después de una lesión y su participación en la Copa de África.
Sin embargo, no se puede pasar por alto el pobre rendimiento de los jugadores principales del Nápoles en esta temporada. La falta de consistencia y la incapacidad para replicar el éxito del año pasado han sido motivo de preocupación para el club y sus seguidores, convirtiendo el rendimiento cada partido en una incógnita.
Jugadores como Kvaratskhelia, Anguissa, Lobotka y Zielinski, que brillaron en la temporada anterior, han tenido un rendimiento por debajo de lo esperado, lo que ha contribuido al bajo rendimiento del equipo en general.
A pesar de los desafíos que enfrenta, el Nápoles no carece de argumentos para aspirar a vencer al FC Barcelona en la UEFA Champions League. La llegada de Calzona como nuevo entrenador podría inyectar nueva energía y motivación al equipo. Igualmente, el regreso del combativo Osimhen podría proporcionar un impulso adicional en el frente ofensivo.
Además, el Nápoles ha demostrado en el pasado ser un equipo capaz de enfrentarse a los grandes desafíos y superar las expectativas, sin ir más lejos la pasada temporada. Aunque carece de experiencia en competiciones europeas, es un equipo campeón y la calidad individual de sus jugadores podrían ser suficiente contra un FC Barcelona a priori favorito, pero que no debe confiarse.
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