Artículo previamente escrito el (06/12/2022)
La Canarinha acude a la cita tras mostrar su imagen más arrolladora y los croatas confían en el ejercicio de resistencia que ya los llevó a la final de 2018.
Las cábalas previas a la presente Copa Mundial situaban un posible cruce de cuartos de final entre España y Brasil, principales aspirantes al liderato de sus respectivos grupos y cuyos rivales más factibles en los octavos de final eran Croacia y Uruguay.
Los pronósticos se cumplieron a medias, pues los de Luis Enrique cedieron su puesto a Japón para alegría de Croacia, que sacó provecho de evitar a la selección ubicada en el séptimo puesto del ranking FIFA y toparse, en cambio, con la número 24 del mundo, a la que eliminó mediante los penaltis para rememorar sus andanzas hacia la final del pasado Mundial.
Brasil sí cumplió su parte durante la fase de grupos y lo hizo sin demasiado revuelo, aunque en los octavos le bastó apenas media hora de gracia para arrollar con cuatro goles a una Corea del Sur que se había clasificado con cierto aire de carambola.
La Canarinha concluyó la fase de grupos con tan solo tres goles a favor y todos ellos llegaron a partir del minuto 60. Es cierto que el esguince de Neymar no ayudó, aunque el delantero del Paris Saint-Germain tampoco estuvo especialmente fino en el primer partido ante Serbia y su ausencia no debería ser tan determinante en un bloque ofensivo donde aparecen figuras como Vinícius Júnior, Rodrygo Goes, Gabriel Jesus, Richarlison, Raphinha, Antony, Gabriel Martinelli o Lucas Paquetá.
Richarlison fue el protagonista del encuentro inicial con su doblete, asistido por Vinícius en el segundo gol, pero ambos pasaron desapercibidos después ante Suiza. Fue Casemiro el autor del único tanto del partido y ya en los minutos finales, a pase de un Rodrygo suplente en esos dos primeros encuentros.
Ya sin presión por la clasificación en el tercer partido, precisamente los suplentes tuvieron su protagonismo ante Camerún y no estuvieron a la altura, aunque la Canarinha realizó el triple de remates que su rival en un duelo que acabó perdiendo por 1-0.
La cita de octavos ante un rival teóricamente asequible como Corea del Sur debía poner fin a las dudas y ahí los de Tite no fallaron. Recuperado el once de gala con un 4-2-3-1 formado por Alisson; Danilo, Thiago Silva, Marquinhos, Éder Militao; Casemiro, Lucas Paquetá; Vinícius, Neymar, Raphinha y Richarlison en punta, en poco más de media hora Brasil ya había anotado más goles que durante toda la fase de grupos, con tantos de Vinícius, Neymar, Richarlison y Paquetá.
Alisson también tuvo la oportunidad de mostrar su valía bajo palos, con un total de cinco paradas, aunque finalmente se le coló un potente disparo de Paik Seung-ho cuando el encuentro estaba totalmente decidido.
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Si la selección croata dio la campanada hace cuatro años fue en gran medida por su capacidad para resistir y no bajar la guardia, capaz de llegar a la final mundialista sin ganar en el tiempo reglamentario ninguno de sus tres partidos eliminatorios ante Dinamarca, Rusia e Inglaterra.
En la pasada Eurocopa lo intentó sin éxito en su cruce de octavos ante España, al forzar in extremis una la prórroga en la que acabó sucumbiendo, pero desde entonces Croacia no ha dejado de demostrar su valía: llegó a Catar con una sola derrota en sus 16 partidos previos y se mantuvo invicta en la fase de grupos frente a Marruecos, Canadá y Bélgica, con un único gol en contra.
En octavos aprovechó sus pocas ocasiones ante Japón, con cuatro remates a puerta durante los 120 de juego, y Dominik Livakovic hizo el resto del trabajo al parar tres de los cuatro disparos de los nipones. Este viernes el portero del Dinamo de Zagreb va a necesitar esa lucidez ante el poderoso ataque brasileño.
Los cuartos de final son la última ronda en la que todavía se cuenta la acumulación de tarjetas amarillas y son siete los jugadores que llegan apercibidos. Del lado croata, tienen una amarilla en su haber Dejan Lovren (asistente de Ivan Perisic en el gol ante Japón), Borna Barisic, Mateo Kovacic y el capitán Luka Modric; mientras que Militao, Fred y Bruno Guimaraes son los brasileños que se perderán la semifinal sin ven una amarilla.
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