Ambos equipos son conscientes del peligro que puede ocasionar el rival, pero también han catado sus puntos vulnerables.
Cuando el Manchester United y el Atalanta se vieron las caras el pasado 20 de octubre en Old Trafford, se esperaba un partido con un marcador abultado y no defraudaron. La primera mitad fue para el conjunto italiano con los goles de Mario Pasalic y Merih Demiral, pero los 'red devils' se rehicieron tras el descanso para remontar con las dianas de Marcus Rashford, Harry Maguire y Cristiano Ronaldo que les permitieron ganar por 3-2.
Tras el precedente y vistos sus respectivos resultados desde aquel encuentro, no sería raro que ambos equipos volvieran a cantar gol en más de una ocasión. Ahora la cita tendrá lugar en el Atleti Azzurri d'Italia de Bérgamo, donde los de Gian Piero Gasperini firmaron un 2-2 el pasado sábado frente a la Lazio, tras ganar por 1-3 en Udine, y al que el United llega tres días después de su favorable 0-3 en el campo del Tottenham.
Aunque el equipo de Ole Gunnar Solskjaer acude con la moral alta por esa reciente goleada en el norte de Londres, no puede olvidar que seis días antes había sido humillado por el Liverpool con el 0-5 en Old Trafford y que el propio Atalanta ya le dio un susto con aquellos dos goles anotados en menos de media hora de juego.
Victor Lindelöf es un fijo en la zaga del United, pero se lesionó este lunes durante un entrenamiento y su baja podría obligar a Solskjaer a cambiar su sistema de una defensa con tres centrales por el poco rodaje de Eric Bailly, su remplazo natural. Gasperini también afronta un contratiempo al no haber recuperado todavía al capitán Rafael Toloi, pieza clave en el bloque defensivo.
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