Ganador de tres UEFA Champions League, el ex delantero del Real Madrid, Liverpool, Mónaco y Valencia nos cuenta en exclusiva para bet365 su experiencia como profesional a lo largo de una carrera llena de experiencias y de títulos.
“El ambiente que se vive en Anfield, digamos que es especial. Yo venía de un ambiente mágico que era el del Bernabéu, pero vivir lo de Anfield en Champions, en Premier, creo que es digno de mención. Es alucinante.” Palabras de un Fernando Morientes que ha tenido la suerte de poder jugar como local en tres estadios con un ambiente increíble como Anfield, el Santiago Bernabéu o el Velodrome de Marsella.
“En estos tres estadios, más que diferencias, diría que hay muchas similitudes, y es que los tres son muy pasionales en los momentos buenos y muy pasionales en los momentos malos.” Además, el extremeño añade que: “Yo siempre digo que en Liverpool cuando las cosas van mal, a mí me sorprendía que la gente seguía animando al equipo, seguía aplaudiendo a los jugadores. Era muy difícil ver a aficionados increpando a algún jugador en particular o al equipo en general, muy difícil. Yo lo viví a nivel personal y creo que es una de las grandes diferencias entre el Madrid y el Marsella también.”
Fernando Morientes, debutó a los 17 años de edad con la camiseta del Albacete Balompié en primera división y una temporada después ya era prácticamente titular indiscutible en el equipo manchego. “Lo viví sobre todo con mucha ilusión, cuando eres jovencito, con 13, 14, 15 años, ves que se va acercando un poco tu sueño de poder ser jugador profesional, pues evidentemente siempre quieres hacerlo lo mejor posible. Yo tuve fortuna, en ese sentido, porque todo fue muy rápido y me iban pasando cosas y acontecimientos muy bonitos, muy buenos deportivamente y lo asumía con mucha ilusión y con muchas ganas.”
Un paso de dos temporadas llenas de goles con el Real Zaragoza le hizo fichar por todo un Real Madrid con tan solo 21 años.
“Yo llegué muy jovencito, había jugadores por encima de mí, como Mijatovic y Suker, en ese momento también estaba Raúl. Y lo empecé a vivir desde un segundo plano, no era titular indiscutible al principio, pero poco a poco me fui ganando esa confianza del entrenador y fui adquiriendo la responsabilidad que tiene el delantero centro del Real Madrid. Esa ilusión se convirtió en mucha responsabilidad, en mucha presión, algo lógico en el Real Madrid. Pero lo asumí con naturalidad. En ese momento estaba muy preparado para dar ese paso y por eso estuve tanto tiempo.”
Su paso por el Real Madrid se resume en siete temporadas con 272 encuentros disputados y 100 goles anotados. Además, Morientes consiguió ganar, las tres citadas UEFA Champions League, además de dos ligas, tres supercopas, dos copas intercontinentales y una supercopa de Europa.
En su primera temporada con los blancos, se consigue el tan ansiado cetro europeo, algo que se le resistía al Real Madrid durante treinta y dos años seguidos.
“Para nosotros era como una obsesión ganar esa competición. El Real Madrid tenía que colocarse en el sitio que le correspondía en Europa y se había quedado, por decirlo de alguna manera, algo anticuado eran seis copas de Europa y necesitábamos copas de Europa en color para que todo el mundo en Europa respetase al Real Madrid.”
Tras perder algo de protagonismo, le aparece la oportunidad de jugar con el Mónaco, que para entonces dirigía Didier Deschamps: “Lo que tenía ese Mónaco era mucha juventud, mucha hambre en todos sus jugadores y un grandísimo entrenador.”
La temporada no pudo ir mejor, sobre todo en la UEFA Champions League, dónde los monegascos llegarían a la final que perderían ante el Oporto de José Mourinho.
“Yo creo que nos preparaba cada partido para solo pensar en ese partido y en esa eliminatoria, en nada más. Todo lo que iba pasando era como un premio y curiosamente, los cuartos de final fueron contra el Real Madrid. Para mí fue un choque importante emocionalmente porque yo seguía perteneciendo al Real Madrid y mis mejores amigos estaban allí, tenerlos enfrente fue, tengo que decir, una cosa un poco difícil anímicamente. Pero bueno, después la verdad es que salió muy bien. Ellos no estuvieron en su mejor versión y nosotros aprovechamos esa ilusión, esa hambre, esa juventud que teníamos en el equipo y bueno, pasamos la eliminatoria.
Una vez que nos metemos en semifinal con el Chelsea, pues ya era como el deber cumplido. Después de haber eliminado al Real Madrid, la gente pensaba que ya eso era lo máximo a lo que podíamos aspirar. Y también eliminamos a un gran Chelsea y nos metimos en la final. Yo creo que ahí nos faltó un poco de experiencia. Yo me daba cuenta, que yo tenía tres finales a mis espaldas, que para mí era un partido que ya había vivido antes, pero notaba cierto nerviosismo que después se plasmó en los entrenamientos previos y en la final. Cierto nerviosismo alrededor de todos los jugadores que iban a jugar esa primera final.”
Vuelta al Real Madrid, pero con las cosas difíciles para ganarse un puesto, vuelve a salir con la Premier League como destino. Anfield esperaba a Morientes.
“Yo tenía muchas ganas de jugar en la Premier. Tuve opciones antes del Liverpool, pero no se dieron. Y cuando salió la oportunidad del Liverpool, lo cierto es que no me lo pensé. Yo creo que todo jugador profesional en algún momento de su carrera, si tiene la oportunidad, tiene que jugar en la Premier League.”
Allí vivió la experiencia de jugar con grandes jugadores y compartir vestuario con leyendas de la talla de Steven Gerrard, “era el líder del equipo, la gente le venera, es una leyenda para la afición. Se nota que hay un vínculo muy especial que va más allá de lo deportivo entre Steven Gerrard y la grada y el Liverpool. Y bueno, ya no solo eso, si es que después era el mejor del equipo con diferencia, el que más lo vivía, sacaba partidos que teníamos perdidos de una jugada individual, leyenda, liderazgo, personalidad, una personalidad abrumadora, un tipo algo introvertido o muy introvertido. Yo no terminé de conectar ni de conocerle en los dos años que estuve, pero era un jugador brutal, algo fuera de lo normal.”
El título de campeón de Europa en su primera (media) temporada en Anfield será siempre recordado por la extraordinaria remontada que los Red le hicieron al todopoderoso Milan después de irse al descanso perdiendo por tres goles a cero. A pesar de no poder jugar con el Liverpool al ya haber disputado minutos con el Real Madrid, Fernando Morientes lo vivió como el que más e hizo que el resto de la plantilla no se perdiera la celebración.
“Siempre iba como aficionado con los jugadores que no iban convocados. En esa final, estábamos en la grada los jugadores no convocados, muchos jóvenes del filial desconocidos para la inmensa mayoría. Y cuando terminó la final, quisimos bajar al campo, bueno, quisieron bajar al campo ellos. Yo estaba en la grada, no tenía la intención, pero ellos querían bajar para celebrar la Champions con los compañeros. Ellos quisieron bajar, pero los stewards no les dejaban porque no los conocían, aunque llevaban el chándal del Liverpool. Y enseguida se fueron hacia donde yo estaba y me pidieron por favor si podía ayudarles a bajar para que yo también bajase. Entonces, enseguida bajé, los stewards me conocieron y les dije que éramos los suplentes del Liverpool, que estábamos allí para celebrar la Champions y nos dejaron pasar a celebrarla a todos. Eso me lo agradecieron toda la vida.”
Fernando Morientes hizo del arte de rematar de cabeza un don a la altura de pocos, anotó goles en tres países diferentes y se enfrentó a muchos defensores que vivieron pesadillas para pararle. De entre todos ellos, el ex delantero blanco se queda con uno: “Fabián Ayala. Sin ser un jugador excesivamente alto, iba muy bien de cabeza, era muy fuerte, era muy rápido, era muy intuitivo, vivía los partidos de una manera excepcional. Siempre era un rival al que no me gustaba enfrentarme por lo difícil que era hacer goles, moverme dentro del área. Son de esos jugadores que cuando los tienes como compañeros te alegra mucho.”
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