Finalista por primera vez en su historia, de Bérgamo hasta Dublín, desde bet365 revivimos el viaje de la Atalanta en la Europa League 2023-2024.
Hace años que el Atalanta dejó de ser un cuento de hadas en la liga italiana para convertirse en una realidad concreta.
Muchas satisfacciones han llegado a Italia, como también han llegado a Europa con noches inolvidables en la Liga de Campeones. Pero ahora ha llegado el momento de que el Atalanta concrete los esfuerzos de un proyecto que lleva unos años despegando. Ha llegado el momento de jugar una final europea, en este caso la de la Europa League, en Dublín.
Desde bet365 repasamos el largo viaje de la Atalanta en la Europa League 2023-2024.
La aventura de la Atalanta comienza el 21 de septiembre de 2023. En el grupo quedaban encuadrados el Rakow Czestochowa checo, el Sturm Graz austriaco y el traicionero Sporting de Lisboa portugués.
El primer partido contra los checos se abrió gracias a un gol de Charles De Ketelare, inevitable. El jugador con la etiqueta de decepción en Milán se desatascó de inmediato en competición europea con la camiseta nerazzurra. Más tarde, Ederson sentenció la contienda con el 2-0 definitivo.
El primer partido europeo a domicilio de la temporada fue uno de los más traicioneros. Los lombardos debían enfrentarse al Sporting de Lisboa de Amorim. Un entrenador solicitado por toda Europa por su perspicacia táctica. Los italianos sentenció el choque en el tramo final de la primera parte con los goles de los jóvenes Scalvini y Ruggeri, dejando el gol de penalti del lusitano Gyokeres en algo irrelevante, 1-2 para la Atalanta.
En el partido fuera de casa contra el Sturm Graz, los neroazurri diron su primer pequeño paso en falso. Cedieron la ventaja al equipo austriaco a los 13 minutos. Luego Muriel dió la vuelta a la situación con un doblete, pero 10 minutos antes del pitido final la banda de Gasp concedió un penalti que obligó al conjunto de Gasperini a repartirse los puntos con los austriacos.
En el siguiente partido, los austriacos visitaban Bérgamo, pero su aventura terminó en el minuto 50 gracias a un gol de Djimsiti, la Atalanta daba un paso más. En la penúltima jornada de la fase de grupos, los lombardos se aseguraron el pase matemático a octavos como primeros tras empatar Scamacca el tanto inicial del Sporting.
Finalmente, en un intrascendete partido y liderados por un doblete de Muriel, la Atalanta se da un festival en República Checa, por cuatro goles a cero contra el Raków Częstochowa.
En octavos de final, el sorteo cruzó, por segunda vez en la temporada, el camino de los neroazurri con el Sporting de Lisboa, que derrotó al Young Boys en el playoff previo.
En la capital portuguesa Paulinho desatascó el partido en el minuto 17, pero en el 39 Scamacca igualó el marcador, dejá vu para los lisboetas. En el partido de vuelta en Bérgamo, Gonçalves abrió el marcador para los verdiblancos, pero los italianos reaccionaron cuando Lookman encontró el 1-1. El gol de la victoria fue obra de nuevo del delantero romano, que puso su firma en el 2-1 definitivo, al igual que hizo en la fase de grupos.
Anfield, la fortaleza aparentemente inexpugnable de Klopp, recibía a una Atalanta a la que pocos daban opciones. Sin embargo, los italianos se presentaron en Liverpool con respeto pero sin miedo alguno, ellos si creían en el milagro.
Los reds empezaron con fuerza, pero el Atalanta resistió bieny e el minuto 38, Zappacosta puso un centro afiladísimo y, puntual a su cita, siempre en el lugar correcto, Scamacca anotó el gol de la ventaja del Atalanta. Sorpresa en Anfield.
La reacción del Liverpool es tan esperada como inútil, los hombres de Gasperini tienen un plan, defensa sólida y esperar su siguiente oportunidad, que llegaría en el minuto 60. De Ketelare recibió en la banda, lee rápidamente la defensa inglesa y decide poner otro centro tenso. Otra vez, el número 90 neroazurri está en el lugar y momento correcto, como los grandes delanteros, al límite del fuera de juego y, con precisión quirúrgica, abre su zurda y envía el balón al fondo de la red.
Saltó la banca. Incluso el propio Scamacca tarda en celebrar, quizás preocupado por una posible bandera levantada, o contagiado por la incredulidad que se respira en el Mersyside, incluido el propio Klopp, pero era verdad, 0-2 para la Atalanta.
Tan cierto como que hace unos años la Atalanta jugaba en la Serie B. Como cierta es la diferencia económica entre ambos equipos. Como si la proeza de ganar en Anfield fuera un día más en la oficina, con esta mentalidad, los neroazzurri continuaron su brillante partido y minuto 83 tras habilitar Scamacca a Ederson y una brillante intervención del portero de los reds, Pasalic fue el más rápido de todos y volvió a meter el balón en la red. Todo parecía beneficiar a los italianos, 0-3 en Anfield y un partido para la historia, convirtiendo la vuelta en un mero trámite.
El trámite en cuestión se resuelve con una derrota 0-1 tras un penalti transformado por Salah. Irrelevante, como el paso del Liverpool por la eliminatoria. Es momento de celebrar, los neroazurri estaban en las semifinales de la Europa League.
A diferencia de la ronda anterior, donde los bergamascos enfrentaba a uno de los cocos de la competición, esta vez el cruce estaba igualado, incluso algunos se atreverían a decir que benévolo, la Atalanta se enfrentaba al Marsella.
Sin embargo, el OM es un equipo que puede presumir de tener una Copa de Campeones en su palmarés, con un estadio increíble y un ambiente intimidante, pero sobre el césped, tras el enésimo cambio de entrenador, no pasa su mejor momento.
El Velodróme acogió el partido de ida, donde la Atalanta empezó fuerte y consiguió su recomensa con otro gol de Scamacca en el minuto 11, una vez más, inevitable. Poco duró la alegría, 9 minutos después Mbemba empató y los lombardos sufrieron mucho para mantener las tablas ante un Marsella crecido, espoleado por su afición desde la grada.
En la vuelta, los chicos de Gasperini volvieron a ser los de antes y no dieron ninguna opción al Marsella. A la media hora lo desatascó Lookman, luego Ruggeri firmó el 2-0 y finalmente Touré en el descuento puso el broche de oro.
Un 3-0 que reflejaba la superioridad vista en el terreno de juego y que, por primera vez en la historia, llevaba a la Atalanta a la final de una competición europea. En Bérgamo están soñando pero no tienen intención de despertar.
Solo un paso para la gloria, pero enfrente espera uno de los equipos más en forma de Europa: 50 partidos sin perder.
No obstante, la Atalanta afrontará este reto como lo hizo en Anfield: con el respeto de quien sabe que tiene delante a alguien grande, pero con la certeza de que no debe temer a nadie.
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