Ningún otro jugador en la historia del baloncesto ha demostrado semejante nivel de puntería como la estrella de los Warriors, un auténtico killer desde la línea de tres puntos.
Temporada | Equipo | Logros |
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2009/10 | Golden State Warriors | Mejor quinteto de rookies |
2010/11 | Golden State Warriors | Líder de porcentaje de tiros libres |
2012/13 | Golden State Warriors | Líder de triples |
2013/14 | Golden State Warriors | All-Star |
2014/15 | Golden State Warriors | Campeón de la NBA MVP de la temporada Mejor quinteto Líder de triples Líder de porcentaje de tiros libres All-Star |
2015/16 | Golden State Warriors | MVP de la temporada Mejor quinteto Líder de anotación Líder de triples Líder de porcentaje de tiros libres Club del 50-40-90 All-Star |
2016/17 | Golden State Warriors | Campeón de la NBA Líder de triples All-Star |
2017/18 | Golden State Warriors | Campeón de la NBA Líder de porcentaje de tiros libres All-Star |
2018/19 | Golden State Warriors | Mejor quinteto All-Star |
2020/21 | Golden State Warriors | Mejor quinteto Líder de anotación Líder de triples All-Star |
2021/22 | Golden State Warriors | Campeón de la NBA MVP de las Finales MVP de las Finales de Conferencia Líder de triples MVP del All-Star |
2022/23 | Golden State Warriors | All-Star |
Poco más de tres años después de que LeBron James naciera en Akron, esta ciudad de Ohio vio nacer a la otra gran estrella de su generación: Stephen Curry. Sin embargo, donde se crio fue en Carolina del Norte porque allí fue traspasado su padre, el base Dell Curry, el entorno propicio para introducirse en el baloncesto junto a su hermano Seth. Aunque fue una figura destacada en su etapa universitaria con los Davidson Wildcats, no sobresalió desde su adolescencia tanto como LeBron y llegó a la NBA como número siete del Draft 2009.
¿Os acordáis de Hasheem Thabeet, Tyreke Evans o Jonny Flynn? Pues todos ellos fueron elegidos antes que Curry en un draft liderado por Blake Griffin y con Ricky Rubio en quinta posición. El equipo al que le tocó la lotería sin saberlo fueron los Golden State Warriors, que a partir de entonces cambiaron el curso de su historia.
La mutación de Curry en estrella también se fraguó a fuego lento: en su primer año entró en el quinteto ideal de rookies, aunque Tyreke Evans fue elegido mejor novato; en la segunda temporada firmó el mejor porcentaje de acierto en tiros libres y a la cuarta temporada ya lideró el ranking de triples, las que serían sus dos grandes señas de identidad en el futuro.
En aquel 2013 debutó en los playoffs y no fue hasta su quinta campaña en la NBA cuando fue seleccionado para disputar por primera vez el All-Star. Pocos meses después Steve Kerr llegó al banquillo de los Warriors e hizo algunos ajustes en el estilo de juego para darle un mayor protagonismo a la puntería que venía demostrando Curry desde cualquier distancia, especialmente más allá de la línea de tres puntos. De ahí al éxito, ya no quedaba nada.
En esa campaña de 2014/15, la primera con Kerr, los Warriors mostraron ya una gran superioridad durante la temporada regular con 67 victorias en 81 partidos y en su camino a las Finales de la NBA sufrieron tan solo tres derrotas, por lo que no fue una sorpresa que la franquicia californiana se impusiera también a los Cleveland Cavaliers de LeBron James. Es cierto que Curry, por primera vez MVP de la temporada, no fue el más destacado de su equipo en las Finales pero, como siempre, su despegue requería tiempo.
Una temporada histórica... sin premio
La temporada 2015/16 fue descomunal tanto para los Warriors como para Curry, ya que el equipo firmó el récord de 73 victorias en 81 partidos de la fase regular y el base de 28 años no solo revalidó su condición de MVP, sino que se convirtió en el primero en ser elegido de manera unánime tras acabar como líder de anotación, líder de triples (con la estratosférica cifra de 402) y líder de porcentaje de tiros libres.
Además, entró en el prestigioso club del 50-40-90 (50% de acierto en tiros de campo, 40% de acierto en triples, 90% de acierto en tiros libres), siendo el único en la historia que lo logró promediando más de 30 puntos por partido. Pero cuando parecía que la revalidación del anillo era casi un hecho, Curry se vio mermado por una lesión y los Warriors se toparon en las Finales con los Cavaliers liderados por un LeBron con hambre de revancha, lo que dejó a la franquicia californiana sin el título pese a ponerse con un favorable 3-1 en la serie.
Los Warriors contraatacan
Tras semejante varapalo, los Warriors se pusieron manos a la obra e incorporaron a Kevin Durant para recuperar el trono. La fórmula funcionó a la perfección y el equipo de Steve Kerr se proclamó de nuevo campeón en 2017 ante los Cavaliers, a los que volvieron a ganar en las Finales de 2018 para revalidar el título.
En ambos casos el MVP de las Finales fue para Durant, aunque Curry podría haberlo ganado perfectamente en 2018. Al año siguiente tuvo una nueva oportunidad, pero los Warriors cayeron por sorpresa ante los Toronto Raptors liderados por Kawhi Leonard, merecido MVP de esas Finales.
El resurgir de Curry
Esa derrota pareció indicar el inicio del declive de los Warriors, quienes al curso siguiente acabaron últimos del Oeste sin poder contar en casi toda la temporada con Curry a causa de una dura lesión de rotura de ligamentos. Su regreso para la 2020/21 al menos permitió meter al equipo en el play-in, pero los Warriors cayeron a la primera.
A sus 33 años, resultaba difícil pensar en el resurgir de Curry, pero entonces demostró una vez más por qué es ya una leyenda de la NBA. Como en sus mejores tiempos, se erigió en indiscutible líder de los Warriors para reconquistar el anillo y ganar al fin el esquivo MVP de las Finales, convirtiéndose en el único jugador en ganar además el MVP del All-Star y el MVP de las Finales de Conferencia en una misma temporada.
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