La franquicia de Illinois conquistó los únicos seis anillos de su historia deportiva en ocho temporadas (1991-1998), gracias a la inestimable ayuda de un Michael Jordan desatado.
Los Chicago Bulls han protagonizado una de las rachas ganadoras más espectaculares en la historia de la NBA, ya que conquistaron seis anillos de campeón a lo largo de ocho temporadas durante los ´90. Este historial rivaliza directamente con la hazaña de los Boston Celtics tres décadas atrás y sirvió para encumbrar a Michael Jordan como el mejor jugador de la historia.
Un dato curioso es que estos seis títulos son los únicos que han logrado los Bulls, algo que también pone de manifiesto la dependencia en torno a su gran estrella y su incapacidad para recuperarse tras su marcha. Eso sí, esta época de monopolio supuso un punto de inflexión para la liga estadounidense, ya que su influencia se expandió con rapidez hacia todos los rincones del planeta.
Los Bulls han ganado todas las Finales de la NBA que han disputado y ninguna de ellas tuvo que resolverse en el séptimo partido. Las amplias rachas de victorias se traducían en muy buenas posiciones durante la temporada regular, así que los de Chicago contaban con la ventaja del factor cancha en casi todas las ocasiones y no la desaprovecharon.
Esta efectividad en los choques decisivos sería impensable sin el nivel que demostraba Jordan en esos momentos. La estrella estadounidense firmó unos números espectaculares en cada una de estas citas y fue nombrado MVP en todas sus apariciones, algo que supone un récord absoluto de la liga y nadie parece cerca de emular.
El fin de esta década dorada fue abrupta y se unió a la salida de Jordan de la franquicia, algo que empujó a los Bulls con rapidez hacia el ostracismo. Su porcentaje de victorias se derrumbó tan solo una campaña después y encadenaron seis cursos consecutivos sin volver a competir en los playoffs.
De hecho, no han vuelto a disputar unas Finales de la NBA desde entonces y su mejor resultado fueron las Finales de Conferencia perdidas contra los Miami Heat en la temporada 2010/11. Los Bulls tienen dos de los cuatro mejores registros de resultados en una temporada regular en la historia de la liga, pero no han vuelto a acercarse a estos porcentajes.
La estrecha relación entre Michael Jordan y los Chicago Bulls, que coincidió con una época dorara tanto para el jugador como para la franquicia, hace muy difícil localizar al verdadero protagonista de este éxito mayúsculo. El alero estadounidense fue el mejor de su equipo durante esos años, pero los de Illinois supieron conformar un proyecto deportivo perfecto en torno a sus cualidades.
Eso sí, la presencia de Jordan en la NBA revolucionó mediáticamente la liga y la expandió a niveles nunca vistos con anterioridad. De hecho, el norteamericano se mantiene como el gran icono de la mayor liga de baloncesto del planeta y uno de los referentes deportivos del planeta.
El mayor logro de Jordan fue su regularidad en la cancha, que le permite ostentar todavía en la actualidad récords como el de más veces nombrado MVP de las Finales de la NBA o más veces nombrado máximo anotador en la historia de la liga. Aun así, no podemos pasar por alto la influencia de Scottie Pippen, Dennis Rodman, Hrace Grant o Toni Kukoc.
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