Esta herramienta tecnológica permite seguir la trayectoria de la bola para saber el lugar exacto de su contacto con la pista, así que ayuda al juez de silla a decidir algunos puntos.
El ojo de halcón (Hawk-Eye) es una herramienta tecnológica que sirve como apoyo a las decisiones que toma el juez de línea. Su aplicación en los circuitos ATP y WTA se remonta a 2006, pero proviene de otros deportes como el críquet o el billar.
Su implementación ha aportado rigor a las decisiones del árbitro, al mismo tiempo que ayuda a los jugadores que dudan sobre el bote de la pelota en un determinado punto. Sin embargo, sus usos son reducidos para no restarle la autoridad al juez de línea, que sigue teniendo la potestad para interpretar estas imágenes.
El ojo de halcón está basado en un cálculo de triangulación que se realiza mediante imágenes captadas por cámaras de alta velocidad. Las imágenes y las mediciones de tiempo ofrecen una imagen virtual que predice el lugar exacto en el que una bola contacta con el suelo.
Su uso se ha normalizado por completo entre jugadores y aficionados, ya que el tenista pide su uso cuando no está de acuerdo con alguna de las decisiones del juez de línea. De hecho, empezó a utilizarse en televisión y el circuito de tenis profesional lo introdujo en la toma de decisiones arbitral como un apoyo más que redujese las polémicas.
La objetividad aumenta con el ojo del halcón, pero también sirve para que los jugadores mantengan la concentración. Un punto puede marcar una diferencia sustancial en un partido de tenis, sobre todo cuando la solidez mental es una seña de identidad para los mejores tenistas del mundo.
El uso del ojo del halcón está limitado con la intención de no romper el ritmo del partido, al mismo tiempo que revisar cualquier peloteo de forma constante haría desaparecer la figura del juez de silla. De hecho, la revisión solo se permite tras un golpe definitivo o cuando el tenista pare el juego durante un peloteo pidiendo esta herramienta antes de golpear la bola.
Sin embargo, el propio árbitro tiene la potestad para aceptar esta solicitud, ya que puede denegarla si cree que no hay argumentos necesarios o la petición llega tarde. Además, la decisión que tome el juez de silla una vez se hayan consultado las imágenes no es apelable.
Los tenistas pueden pedir un máximo de tres revisiones por set cada uno en los partidos individuales, aunque no se utiliza esta herramienta en la superficie de tierra batida. La marca que deja la bola al votar es suficiente para que el juez de silla marque cualquier punto, aunque en ocasiones requiera que baje a la pista para ver al detalle dónde ha botado la pelota.
En cambio, su implementación es total tanto en superficie dura como en hierba, donde la bola no deja marca al contactar con el suelo. Asimismo, el fair play ha aumentado considerablemente desde su implementación, debido a que los propios jugadores cantan puntos buenos de su rival sabiendo que van a ser demostrados inmediatamente con una imagen virtual.
Un jugador que acierte al pedir un ojo de halcón mantendrá intacto el número de revisiones restantes, es decir, que si el juez de silla le da la razón por primera vez seguirá contando con tres revisiones en ese set. Además, se añade una revisión adicional en el tie-break y los tenistas tendrán un número ilimitado de reclamaciones si aciertan en todas ellas.
Ingreso mínimo de 5€ para los créditos de apuesta. Las ganancias no incluyen el importe de los créditos de apuesta. Se aplican condiciones, límites de tiempo y exclusiones. Ingreso mínimo de 50€ para las fichas doradas. Se aplican premios máximos, restricciones de juego, límites de tiempo y condiciones.