Artículo previamente escrito el (19/12/2022)
Argentina se proclama campeona del mundo por tercera vez en su historia y lo hace con un técnico que llegó como interino y ha acabado por hacer historia.
En noviembre de 2018 y tras caer con Brasil por 0-1, el propio Scaloni afirmaba: “Este cuerpo técnico no está preparando la Copa América 2019". Palabras que se ratificaban con las que realizaba Daniel Angelici, vicepresidente de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino): "No descarto a ningún entrenador. Hay que terminar de armar el proyecto y ver quién encaja mejor". Por lo que el ex del Deportivo de la Coruña, Racing y Mallorca no estaba entre los candidatos para ocupar el banquillo de la albiceleste que más bien suspiraba por nombres como los de Diego Simeone, Mauricio Pochettino o Marcelo Gallardo.
La negativa de estos tres hizo que tras la destitución de Jorge Sampaoli en el Mundial de Rusia el banquillo quedara en manos de Lionel Scaloni y con la Copa América como objetivo. Un título que se le resistía a Argentina desde 1993 y que había perdido cuatro veces en la final en las últimas seis ediciones.
La Copa América 2019 no pudo empezar peor para la albiceleste que caía ante Colombia (0-2). Argentina lo arregló con un empate ante Paraguay y una plácida victoria ante Catar para clasificarse segunda tras los cafeteros. En cuartos victoria fácil ante Venezuela (0-2) y derrota en semis ante la futura campeona Brasil (2-0).
Argentina volvía a caer en un gran campeonato, pero la buena relación entre el cuerpo técnico, formado por los ex jugadores Pablo Aimar, Walter Samuel o Fabián Ayala, y los futbolistas hizo que Lionel Scaloni fuera ratificado para las eliminatorias mundialistas y más tarde para la Copa América que por la pandemia se trasladó a 2021.
Messi pone el broche de oro a su carrera
Argentina se plantaba en la Copa América con una cara muy distinta a la de hacía un año. Con un núcleo duro integrado por Leo Messi, Ángel Di María, Lautaro Mártinez y Rodrigo de Paul los argentinos pasaron como líderes de su grupo tras conseguir tres victorias (Uruguay, Paraguay y Bolivia) y un solo empate (Chile).
En cuartos de final Ecuador no iba a ser obstáculo (3-0) pero hubo que sudar el pase a la final tras derrotar a Colombia en una tanda de penaltis donde el Dibu Martínez iba a comenzar a moldear su reputación de parapenaltis.
Maracaná con un cuarto de entrada, debido a las restricciones sanitarias, iba a vivir otra página negativa de su historia al ver como Argentina con un gol solitario de Di María se hacía con su tan ansiada Copa América.
De nuevo surgía el modelo de un equipo que a base de entrega y pundonor dejaba para Leo Messi su magia y se convertían en un auténtico ejercito de soldados que tenían como único objetivo el éxito.
Argentina quería más y se encontraba con un grupo de futbolistas que se sentían lo suficientemente fuertes como para dar ese pasito adelante. Materializado por una fase de clasificación para Catar de manera brillante, sin perder ni un solo partido en la fase de grupos, la albiceleste vivió otro episodio que volvía a llenar el depósito de la confianza aún más si cabe.
El pasado mes de junio el estadio de Wembley acogía la finalísima, una antigua idea de enfrentar a los ganadores de la Eurocopa y la Copa Ámerica para ver quién es el más potente del fútbol mundial. Los de Scaloni lo volvieron a hacer y dejaron patente que iban muy en serio. Lautaro, Di María y Dybala masacraban a Italia para hacerse con la victoria.
Al Mundial, los de Scaloni, llegaron con cuatro victorias en partidos amistosos marcando dieciséis goles a favor y ninguno en contra. La defensa de nuevo dejaba muestras claras de lo que era capaz de hacer. Ese núcleo formado por Emiliano Martínez en la portería con Otamendi y Romero como pareja de centrales seguía haciendo las delicias del claro ejemplo de lo que es una defensa férrea.
La consecución del Mundial tras resarcirse de la dura derrota inicial ante Arabia Saudí es la guinda a un periodo de cuatro años donde a base de confianza y de un trato directo con los futbolistas ha hecho que Lionel Scaloni se haya ganado el derecho a seguir como seleccionador muchos más años.
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