La caída de Badosa, Muguruza o Nadal en estos últimos meses coloca a nuestro país en una situación delicada, aunque hay varios motivos para la esperanza.
El tenis español se ha ganado a pulso el reconocimiento internacional durante estas últimas décadas, gracias a los éxitos deportivos de nombres tan importantes como Rafa Nadal, Arantza Sánchez Vicario, David Ferrer, Conchita Martínez, Manuel Orantes, Garbiñe Muguruza o Carlos Alcaraz.
Las generaciones de jugadores se han solapado para mantener de forma constante un ritmo competitivo altísimo tanto en el circuito masculino como en el femenino. Esta situación es totalmente anómala y supone una gesta deportiva mayúscula, algo ha permitido que nuestro país se codee con otras potencias como Estados Unidos o Francia.
Sin embargo, esta etapa más reciente está siendo complicada para el tenis español, que atraviesa por un bache importante de resultados. El nivel de los éxitos se mantiene, pero las alternativas se han reducido y esto se nota especialmente en la posición de los rankings.
Aun así, existen muchos motivos para la esperanza a corto plazo, sobre todo por la eclosión de Alcaraz como una nueva estrella mundial del cuadro masculino. El apartado femenino se ve más afectado, pero las soluciones no tardarán en llegar.
Las 100 primeras posiciones del Ranking ATP se han acostumbrado a la presencia de Carlos Alcaraz, Alejandro Davidovich, Roberto Carballés y Jaume Munar. Los cuatro jugadores pelean por objetivos diferentes, pero han logrado una estabilidad muy importante en un circuito cargado de torneos.
El murciano pelea por el liderato mundial y ha eclipsado a todos los amantes de este deporte, el malagueño no cede en sus intentos por asentarse dentro del Top-10, el tinerfeño sabe lo que es levantar títulos y el mallorquín gana experiencia a pasos agigantados.
Sin embargo, otros nombres como Pedro Martínez, Roberto Bautista, Albert Ramos o Bernabé Zapata no logran mantener una racha estable de buenos resultados que les mantenga entre los 100 mejores del mundo. Esto supone un duro revés para España, que también ha perdido a Nadal y Pablo Carreño por diversas lesiones.
Eso sí, el vacío de poder que ha dejado Rafa Nadal se ha visto compensado con el crecimiento de Alcaraz y Davidovich. Los dos tenistas atraviesan por su mejor momento, pero todavía cuentan con muchas temporadas por delante para mejorar su rendimiento.
Las 100 primeras posiciones del Ranking WTA cuentan con la presencia de Sara Sorribes, Cristina Bucsa y Paula Badosa. El problema es que todas ellas aspiran a pelear por mantener su posición y el sueño de meterse en la lucha en la zona alta de la tabla está lejos.
El gran varapalo se ha producido con la encadenación de lesiones por parte de Badosa, que no consigue librarse de sus molestias físicas. Esta es la principal baza española en el circuito femenino, después de que Garbiñe Muguruza también diese un paso hacia el lado.
Otros nombres como Rebeka Masarova, Marina Bassols, Jéssica Bouzas o Nuria Párrizas aspiran a meterse también en el Top-100, pero de momento no logran este objetivo durante espacios dilatados en el tiempo. La escase de títulos hace daño al orgullo patrio, pero este tipo de procesos son normales y las sensaciones son positivas a medio plazo.
La ventaja competitiva de tener claros referentes en ambos circuitos supone un aliciente competitivo, sobre todo para tenistas que han dado el salto hacia los circuitos profesionales y están buscando su hueco. Las grandes citas del calendario son retos demasiado ambiciosos, pero se está volviendo a construir una base sólida.
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