Artículo previamente escrito el (11/07/2022)
Sorribes y Párrizas parten como cuarta y quinta cabezas de serie de un cuadro liderado por Collins y Bencic, mientras que Krejcikova aparece como principal referente en Budapest.
Finalizada la campaña de hierba con el triunfo de Elena Rybakina en Wimbledon, esta semana el calendario de la WTA retoma la tierra batida con los torneos de Lausana y Budapest. Será la segunda vez que el Tennis Club Stade-Lausanne acoja el Open de Suiza, donde la eslovena Tamara Zidansek aspira a revalidar el título que conquistó el año pasado y al que esta vez aspiran Sara Sorribes y Nuria Párrizas.
En cuanto al Open de Hungría, esta será su vigésima edición y la segunda desde que regresó al calendario de la WTA en 2021, cuando Yulia Putintseva alzó un trofeo al que opta de nuevo este año. La kazaja partirá como tercera cabeza de serie en un cuadro liderado por la checa Barbora Krejcikova y en el que también aparece la gerundense Marina Bassols, quien viene de firmar una memorable remontada durante la fase clasificatoria del torneo.
Sara Sorribes ha firmado una discreta campaña de hierba, al caer en la segunda ronda tanto del torneo de Eastbourne contra Putintseva como de Wimbledon frente a la francesa Harmony Tan. Pero ahora la castellonense, número 43 del ranking mundial, tratará de retomar las buenas sensaciones mostradas hace un par de meses en el WTA 1000 de Madrid y que se truncaron con su lesión en el WTA 1000 de Roma.
Sorribes logró alcanzar los cuartos de final de Madrid, su mejor resultado en la capital española para igualar su mejor resultado en un torneo de categoría WTA 1000, eliminando por el camino a rivales de la talla de Anastasia Pavlyuchenkova, Naomi Osaka y Daria Kasatkina antes de caer frente a Jessica Pegula. Sin embargo, una lesión durante la ronda inicial de Roma le obligó a retirarse cuando ganaba por 6-1-4-3 a Nuria Párrizas y le impidió disputar el Open de Francia.
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Ahora la castellonense de 25 años regresa a la tierra como cuarta cabeza de serie en Lausana, donde comenzará su camino frente a Lauren Davies. Aunque la estadounidense ocupa el puesto 96 del ranking mundial, cuenta con un mayor rodaje sobre tierra al disputar la semana pasada el torneo de Bastad, donde llegó hasta unas semifinales en las que perdió contra la española Rebeka Masarova.
Por su parte, Párrizas afronta un inicio muy exigente ante una veterana como Petra Martic, semifinalista el año pasado en Roma y quien viene de alcanzar la cuarta ronda de Wimbledon. En cambio, la granadina cayó a la primera en los tres torneos de hierba que ha disputado, aunque hace un mes ya fue capaz de alcanzar las semifinales del torneo de Valencia sobre tierra batida.
Aunque Zidansek se proclamó campeona de la pasada edición, entonces era quien encabezaba el cuadro y ahora partirá como séptima cabeza de serie. La referencia esta vez la marcan Danielle Collins y Belinda Bencic por su condición de octava y decimosexta del ranking mundial, respectivamente.
El problema para la americana, subcampeona del Open de Australia, es que la tierra no es su mejor superficie, mientras que Bencic ya ganó sobre la arcilla verde de Charleston su único título de este año en abril, eliminando por el camino a Paula Badosa, y cuenta con el aliciente de jugar en su país.
El verano pasado fue cuando Marina Bassols debutó en el circuito de la WTA con su participación en el torneo de Palermo, donde cayó en la ronda inicial. En noviembre firmó su primera victoria en el principal circuito del tenis femenino al acceder a la segunda ronda de Montevideo y ahora afronta su primer torneo de la presente temporada de la WTA.
La catalana de 22 años viene de firmar una espectacular remontada frente a la bielorrusa Yuliya Hatouk, a la que ganó pese a llegar a verse con un desfavorable 6-0, 5-0 en el marcador y un 30-0 en el sexto juego de la segunda manga. Después Bassols perdió contra la húngara Fanny Stollar, aunque ha podido clasificarse como lucky loser y su primera rival será la estadounidense Bernarda Pera, número 66 del mundo.
El cuadro de Budapest lo encabeza Barbora Krejcikova, campeona del Open de Francia el año pasado. Aunque esta temporada está lejos de su mejor nivel, la checa viene de conquistar el del dobles de Wimbledon junto a su compatriota Katerina Siniakova.
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