El segundo título de España llegó en 2008 con Luis Aragonés. Este torneo marcó el inicio de la época dorada del fútbol español situándolo entre las mejores selecciones del mundo.
La Eurocopa 2008 fue testigo de la consagración de la selección española de fútbol, que logró su segundo título en la historia del torneo.
Este hito marcó el inicio de una era dorada para el fútbol español, logrando Eurocopa (2008), Mundial (2010) y de nuevo Eurocopa (2012), dejando una huella imborrable en la memoria de los aficionados y en la historia del deporte rey.
Repasamos la gesta histórica del combinado nacional, desde la ilusionante fase de grupos, hasta la emocionante final contra Alemania, recordando como camino de La Roja estuvo lleno de momentos épicos y enfrentamientos memorables.
Precisamente tras finalizar la Eurocopa anterior, en 2004, fue cuando Luis Aragonés asumió el cargo de seleccionador.
Inicialmente, ni el juego del equipo ni los resultados, especialmente en el Mundial de 2006, terminaban de ser los deseados. Tampoco sería diferente en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008, con La Roja enfrentando dificultades para asegurar su lugar en el torneo.
Sin embargo, Luis Aragonés estaba construyendo un equipo renovado con determinación, mentalidad y una idea de juego innegociable. Pocos pronositcaban que estas dificultades eran la antesala del camino hacia la época dorada del fútbol español.
Muchos expertos consideran que el famoso tiki-taka comenzó con la mítica victoria por 1-3 contra Dinamarca en la fase de clasificación. España desplegó aquel día un fútbol de alto nivel, incluyendo un gol de Sergio Ramos tras 28 pases consecutivos y más de un minuto de posesión, dando una muestra de la gesta que estaba por venir.
La Eurocopa 2008, celebrada en Austria y Suiza, representó una oportunidad para la selección española de redimirse tras años de frustraciones en torneos internacionales.
Fase de grupos: Dominio y clase
En la fase de grupos, España exhibió un juego dominante y elegante, imponiéndose con autoridad a rivales como Rusia (4-1), Suecia (2-1) y, ya clasificados dando oportunidades a teóricos suplemntes, también ante Grecia (2-1) en la última jornada.
La precisión en el pase y la magia en el manejo del balón, así como la pareja formada por David Villa (4 goles) y Fernando Torres fueron las señas de identidad de una selección que ilusionaba a toda una nación.
Cuartos de final: Épicos penaltis contra Italia
El enfrentamiento en cuartos de final contra Italia se convirtió, a pesar del 0-0 en el marcador, en un duelo de infarto que se definió en la tanda de penaltis.
La emoción y la tensión alcanzaron su punto álgido en un partido que quedará grabado en la memoria de los aficionados, con la actuación estelar de Iker Casillas deteniendo los penaltis de Di Natale y De Rossi, así como Cesc Fàbregas, quien anotó el penalti decisivo para superar los cuartos de final 24 años después.
Semifinales: Goleada brillante a Rusia
En las semifinales, España enfrentó a Rusia en un partido que quedaría marcado por el brillante desempeño de La Roja.
Con un contundente 3-0, el equipo español selló su pase a la ansiada final, con goles memorables de Xavi Hernández, y David Silva que elevaron el espíritu de todo un país que creía como nunca.
La final: Torres y el momento cumbre
La final contra Alemania fue el escenario donde la selección española alcanzaría la gloria 44 años después.
En un partido intenso y disputado, un momento de genialidad con un pase de Xavi a Fernando Torres, quien no dando por perdido un balón ante el mítico defensa alemán Philip Lahm, desequilibró la balanza a favor de España.
Este gol desató la euforia de todos los españoles, incluyendo los propios jugadores y técnicos, así como aficionados tanto en las gradas del propio Ernst Happel de Viena, como también en cada rincón de España.
Desde ese momento, España aprovechó la posesión del balón para controlar un partido que mantendría el resultado de 1-0 hasta su conclusión, aunque con el siempre necesario sufrimiento en los minutos finales para conquistar un campeonato.
La selección se coronaba por segunda vez campeona continental, con Iker Casillas alzando un trofeo que marcaría un antes y un después en la historia del fútbol español.
El título de la Eurocopa 2008 no solo representó un logro deportivo para la selección española, sino que también simbolizó un punto de inflexión en la percepción del fútbol en España.
La victoria unió a toda una nación en un sentimiento de orgullo y euforia, y sentó las bases para futuros éxitos a nivel internacional.
En resumen, la Eurocopa 2008 fue el escenario donde la selección española forjó su leyenda, superando desafíos, desplegando un fútbol sublime y elevando el espíritu de todo un país. Este hito marcó el inicio de una era dorada para el fútbol español, dejando una huella imborrable en la historia del deporte rey.
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