Desde Cynthia Cooper hasta Caitlin Clark, pasando por Diana Taurasi, Maya Moore y Lisa Leslie, analizamos las mejores jugadoras de la historia de la WNBA y su impacto en la liga.
En los últimos años, el boom de la WNBA con muchos de sus pabellones llenos (incluyendo el baloncesto universitario femenino) dan las gracias a jugadoras muy mediáticas como Brianna Stewart, Brittney Griner, A’ja Wilson o las más actuales Sabrina Ionescu y Caitlin Clark.
Pero toda historia tiene un comienzo y eso data ya de 1997 cuando se disputó la primera temporada de la WNBA y donde las primeras jugadoras hicieron un trabajo muy necesario para que ahora podamos disfrutar de una competición que sigue creciendo cada año.
A continuación, pasamos a destacar las jugadoras que han marcado una época y que ya están en la historia de la WNBA por méritos propios:
La de Chicago es una de las pioneras de la liga, participando desde su inauguración y logrando los primeros cuatro anillos que se disputaron con su equipo las Houston Comets. Cynthia Cooper, que ya había sido dos veces campeona de la NCAA con USC Trojans, puso la WNBA en lo más alto con exhibiciones anotadoras de todo tipo.
Con medias de más de veinte puntos por encuentro Cooper sabía asistir y dirigir al equipo y dominó la competición en los cuatro años que estuvo en ella. Tras retirarse en el año 2000 volvió tres años después para disputar cuatro encuentros donde no bajó de los 16 puntos por noche. Europa también la vio brillar en su paso por Valencia (86-87), Parma (87-94) y Alcamo (94-96).
Santo y seña de Los Angeles Sparks durante las doce campanas que estuvo en la liga, Lisa Leslie se convirtió en un icono del baloncesto mundial dominando la pintura y haciendo campeón por primera vez (en dos ocasiones) a la franquicia californiana.
Fue la primera mujer que hizo un mate de forma oficial en la WNBA prueba de su dominio bajo el aro donde promediar doble-doble formaba parte de su rutina habitual. Tres veces MVP de la liga y dos veces mejor defensora son motivos suficientes para que su número 9 cuelgue de lo alto del Staples Center.
Por muchas cosas la de Rapid City es pionera dentro del mundo del baloncesto. Con un curriculum muy amplio, Hammon ha sido una de las mejores bases de la historia del deporte femenino y a pesar de todo nunca consiguió ganar el anillo como jugadora. Pero su legado va más allá de eso ya que su forma de jugar en la pista la hacia la favorita de todos.
Becky Hammon lidera el histórico de asistencias y fue seis veces All-Star con su número 25 retirado en San Antonio. Pero su impacto llega más lejos de las fronteras norteamericanas. En Europa fue capaz de deslumbrar en España (Rivas y Ros Casares) así como en Rusia (CSKA, Orenburg y Spartak) donde consiguió la nacionalidad y hasta llegó a competir con su selección.
Pero aún hay más, y es que Becky Hammon fue la primera mujer en ser asistente en la NBA cuando Gregg Popovich requirió sus servicios e incluso dirigió un encuentro ante la expulsión del entrenador de los Spurs. Las Vegas Aces le dio la oportunidad de ser entrenadora en la WNBA y no desaprovechó la ocasión ya que en sus dos primeras temporadas consiguieron hacerse con el título de campeonas.
Una de las primeras jugadoras no norteamericanas que más impacto han tenido en la liga, sin duda alguna ha sido y es la australiana Lauren Jackson. La aussie ganadora de dos anillos de la WNBA y de tres premios MVP promedió casi veinte puntos por noche en sus doce temporadas en las Seattle Storm.
Jackson además ganó tres Euroligas y jugó en países como España (Ros Casares), Rusia (Spartak) y China (Shenda) para sentar cátedra también en su país ganando hasta siete ligas y reinando en la pintura como solo ella sabía hacer.
Jugar hasta los 42 años de edad no supuso ningún problema para una jugadora con una mente privilegiada sobre la pista. Dirigió a sus amadas Seattle Storm durante las veinte campañas en la liga y salió campeona en 4 de ellas.
Bird además dio cátedra en Europa jugando para tres clubes rusos (Dynamo, Spartak y Ekaterinburg) donde pudo levantar hasta en cinco ocasiones la Euroliga. Cinco veces oro olímpico, Sue Bird anotó más de seis mil puntos y repartió más de tres mil asistencias en la WNBA.
Icono del deporte en las últimas décadas, Diana Taurasi ya forjó su leyenda en el baloncesto universitario con UConn para ser número uno del draft de 2004 y lograr un impacto brutal en la WNBA desde el primer partido. Siempre jugando para las Phoenix Mercury, Taurasi ha logrado tres veces coronarse campeona de la competición además de conseguir ser MVP una vez y MVP de las finales dos veces más.
Apodada “The White Mamba”, Taurasi no solo podía liderar a su equipo en anotación, sino que con su carácter y hambre es un verdadero problema para las rivales. Europa también disfrutó de ella tanto en Rusia (Dynamo, Spartak y Ekaterinburg) como en Turquía (Fenerbahçe y Galatasaray). Hasta en seis ocasiones logró ganar la Euroliga.
Pocas jugadoras tienen el historial de la de Missouri en la historia del baloncesto mundial. Moore compitió durante ocho temporadas en la liga y ganó el título cada dos de ellos. Cuatro títulos con ella siendo MVP en dos ocasiones liderando en anotación o en robos varias veces. Moore fue un auténtico dolor de cabeza para las defensas rivales en una jugadora que sabía jugar en la pintura pero que si se abría también resultaba una amenaza desde el triple.
Campeona de la Euroliga con Ros Casares (2018) y Ekaterinburg (2018) solo disputó dos temporadas en el viejo continente por lo que su éxito fue absoluto. China la vio jugar más disputando la WCBA hasta en cuatro temporadas.
El cambio que sufrieron las Washington Mystics en 2017 tuvo un claro nombre: Ellena Delle Donne. Y es que la de Delaware cambio el rumbo de una franquicia acostumbrada a no pisar los playoffs para hacer de ella una candidata al título. En 2018 estuvieron cerca, pero en 2019 se redimieron y logaron conseguir el anillo.
El impacto Delle Donne en pista se tradujo a ver a una jugadora estética como la que más en su forma de jugar al baloncesto y en ser una tortura para los equipos rivales. Capaz de atacar y defender de la misma forma, su privilegiado físico la hizo clave para entender la última década del baloncesto femenino.
El baloncesto europeo actual tiene reina y viene desde Bélgica con la idea de seguir dominando el deporte el tiempo que ella quiera. Meesseman llegó a la WNBA tras su buenas temporadas en Francia y a pesar de que le costó hacerse un hueco acabó siendo MVP de la final que las Mystics ganaron en 2019.
Imparable en ataque y sólida en defensa, Emma Meesseman es un seguro de vida para cualquier equipo y aunque pusiera punto y final a su periplo en Norteamérica, la belga sigue dando recitales en Europa donde ya ha sido campeona de la Euroliga hasta en seis ocasiones.
Leyenda en la NCAA ganando hasta cuatro campeonatos con UConn, Breanna Stewart ya impactó desde su debut con las Seattle Storm en 2016 siendo pieza angular del proyecto. Con la franquicia de la costa del Pacífico jugo seis temporadas sin bajar de los veinte puntos por partido y ganando el anillo de campeonas en dos ocasiones. En ambas fue MVP de las finales.
Su fichaje por las New York Liberty abría la posibilidad de que el equipo neoyorquino lograra su ansiado primer título y eso solo tardó en llegar dos temporadas. De nuevo importante en la consecución de su tercer anillo, Stewart siguió dejando claro que continua con hambre y con ganas de seguir haciendo historia. Poesía en movimiento sobre la pista en una jugadora que hace lo difícil de la forma más estética posible. Siempre con éxito.
Otra de las jugadoras de mayor impacto en la liga en los últimos años, A’ja ha dominado la pintura de la WNBA a su antojo ya que desde su debut es habitual verla liderando las clasificaciones de puntos, rebotes y tapones con normalidad. Santo y seña de las Ace de Las Vegas con sus dos anillos consecutivos (2022 y 2023) y acumula tres MVP en las cuatro últimas campañas.
Otra campeona de la NCAA en su caso con South Carolina, A’ja Wilson probó fortuna en China en su primera temporada como profesional y sin demasiada suerte no ha vuelto a salir fuera. La de Columbia es una de las caras visibles de la nueva WNBA marcada a seguir haciendo la liga cada vez más fuerte.
Pocas veces se había generado tanta expectación desde la universidad para el salto de una jugadora a la WNBA. Pocas tan mediáticas como Caitlin Clark que ya llenaba estadios cuando vestía los colores de Ioha en la NCAA y que ha maravillado en su debut en la competición. Rookie del ano y jugadora con más asistencias de la temporada su visión de juego y rango de tiro está a la altura de pocas jugadoras.
Con Caitlin Clark ocurre como con Sabrina Ionescu, ambas están destinadas a ser la cara visible de la WNBA en el presente y futuro.
En sus 28 temporadas disputadas hasta el momento, la WNBA ha podido disfrutar del talento de jugadoras como: Tamika Catchings, Sheryl Swoopes, Candance Parker, Sylvia Fowles, Yolanda Griffith, Seimone Augustus, Tina Thompson, Katie Smith, Brittney Griner, Tina Charles, Chelsea Gray, Kelsey Plum o Brionna Jones.
Como en el caso de Ionescu o Clark, la WNBA ya prepara el camino para su próxima jugadora mediática con el talento de Paige Bueckers. Una auténtica máquina de matar que tiene como objetivo ser número 1 del draft en este 2025 y poder causar impacto desde el primer momento.
Bueckers lleva ya tiempo brillando en la NCAA liderando a unas UConn que a pesar de no haber salido campeonas con ella en el equipo han sido siempre candidatas a todo. Según los pronósticos podría ser elegida por las Dallas Wings para liderar su proyecto los próximos años.
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