El argentino debutaría y anotaría su primer gol en el Madrid aquel 27 de septiembre del 53.
El 27 de septiembre del 1953 el Real Madrid iba a vivir el inicio de una era histórica para el club. El fichaje estrella de aquel verano, el argentino Alfredo Di Stéfano, iba a debutar con la zamarra blanca de manera oficial contra el Racing de Santander. Aquel encuentro, con victoria y gol de La Saeta Rubia iban a significar el inicio de una época gloriosa para el club merengue.
En aquellos años era muy poco habitual que grandes futbolistas sudamericanos dieran cruzaran el charco y jugaran en Europa. Sin embargo, Di Stéfano fue una de las primeras estrellas en recalar en el Viejo Continente, para hacer una carrera que le acabó convirtiendo en uno de los futbolistas más importantes de siempre, pues se le mete en el mismo saco que a Pelé, Diego Armando Maradona y Lionel Messi.
Su paso por el Madrid, donde jugó sus 11 primeras temporadas en España, supuso el primer galáctico como tal del club merengue, que es cierto que por aquel entonces dominaba en LaLiga, pero comenzaría su reinado también a nivel continental.
Di Stéfano disputó con la zamarra blanca 396 partidos hasta su marcha en 1964, anotando 308 goles oficiales, una cifra que le mantuvo durante mucho tiempo como el máximo anotador de la historia del Madrid. Ahora mismo, solo es superado por Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Raúl González Blanco.
Di Stéfano llegó al Madrid como un gran campeón y se marchó como uno de los futbolistas más exitosos de todos los tiempos.
El de Buenos Aires se había impuesto en dos ligas argentinas en sus inicios con River Plate y en tres ligas colombianas, además de sumar una Copa de Colombia para entonces. También, a nivel continental conquistó en Sudamérica una Copa Aldao y una Pequeña Copa del Mundo, competiciones que hoy en día están extinguidas. Por lo tanto, sumaba ocho títulos profesionales cuando llegó a la capital española.
Allí no dejó el camino de la victoria prácticamente en ningún momento, alargando su palmarés hasta límites insospechados. En las 11 temporadas que estuvo en el Madrid, Di Stéfano ganó ocho Ligas y una Copa del Rey a nivel nacional, mientras que sumó como campeonatos internacionales cinco Copas de Campeones de Europa, una Pequeña Copa del Mundo, dos Copas Latinas y una Copa Intercontinental. Eso le llevó a levantar 18 títulos vestido de blanco, para retirarse con 26 entorchados a nivel de clubes.
Además, fue un coleccionista de títulos individuales, consiguiendo diversos trofeos de máximo goleador prácticamente en todos lados. En Argentina y Colombia fue el mejor anotador en 1947, 1951 y 1952, un galardón que ganarían en cinco ocasiones en España (1954, 1956, 1957, 1958 y 1959). A eso le sumó sus tres máximos goleadores de la Copa de Europa (1957, 1958 y 1959) para convertirse indudablemente en la década de 1950 en uno de los mayores matadores del área.
Esa carrera plagada de éxitos y en la que él era la figura imprescindible del Real Madrid campeón de Europa le llevó a conquistar dos Balones de Oro (1957 y 1959) y un Balón de Plata (1956), lo que sin duda demuestra la enorme imagen que Di Stéfano dejó en el fútbol.
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